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Versículos bíblicos sobre empatía
- 22 junio, 2017
- Publicado por: Alberto Conti
- Categoría: Estudios Biblicos

1. Debemos ponernos en el lugar de los demás
Job 2:11,13
[Al darse cuenta de que Job sufría lo indecible de resultas de la calamidad que le había sobrevenido, sus amigos fueron considerados y lo acompañaron durante varios días sin entablar conversación.] Job tenía tres amigos […]. Al enterarse estos de todas las desgracias que le habían sucedido a Job, decidieron ir a consolarlo y acompañarlo en su dolor. 13 Se sentaron en el suelo con él, y durante siete días y siete noches estuvieron allí, sin decir una sola palabra, pues veían que el dolor de Job era muy grande.
Jonás 4:10,11
[El Señor castigó al profeta Jonás por su falta de empatía con el pueblo de Nínive. Dios lo había enviado a dicha ciudad para profetizar su destrucción inmediata, pero cambió de parecer cuando los ninivitas abandonaron su impiedad después de escuchar la profecía de Jonás. Este le reclamó entonces a Dios que hubiera tenido misericordia de la ciudad cuando él había predicho su destrucción.] El Señor le dijo: […] 11 «¿Y no he de apiadarme Yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de 120.000 personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda, y también muchos animales?»
Mateo 7:12
Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la Ley y los Profetas. (V. también Lucas 6:31.)
Mateo 22:39
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Romanos 12:15
Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza.
1 Corintios 12:25,26
Que cada miembro del cuerpo [de creyentes] se preocupe por los otros. 26 Si un miembro del cuerpo sufre, todos los demás sufren también; y si un miembro recibe atención especial, todos los demás comparten su alegría. (V. también los versículos 20–27.)
Filipenses 2:2–4
Hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. 3 No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, 4 no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
Hebreos 13:3
Preocúpense por los hermanos que están en la cárcel y por los que han sido maltratados. Piensen cómo se sentirían ustedes si estuvieran en la misma situación.
1 Pedro 3:8
Vivan todos ustedes en armonía, unidos en un mismo sentir y amándose como hermanos. Sean bondadosos y humildes.
2. No basta con sentir lástima. ¡La compasión debe movernos a actuar!
Lucas 10:33,34
Un samaritano que iba de camino, vino cerca [del hombre que había sido víctima de un asalto y estaba abandonado a la vera del camino] y, al verlo, fue movido a misericordia. 34 Acercándose, vendó sus heridas echándoles aceite y vino, lo puso en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. (V. también los versículos 30–37.)
Santiago 2:15–17
Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario, 16 y uno de ustedes les dice: «Vayan en paz, caliéntense y sáciense», pero no les dan lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? 17 Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.
1 Juan 3:16–18
En esto hemos conocido el amor, en que [Jesús] puso Su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
3. El Señor castiga a los que obran sin amor ni compasión
Mateo 18:23,24,27,28,32–34
Sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. 24 Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. 27 Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. 28 Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: «¡Págame lo que me debes!» 32 Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: «¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. 33 Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti». 34 Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.
Mateo 25:41–45
[En el Día del Juicio,] el Rey dirá a los que estén a Su izquierda: «Apártense de Mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; 43 anduve como forastero, y no me dieron alojamiento; sin ropa, y no me la dieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no vinieron a visitarme». 44 Entonces ellos le preguntarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero, o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?» 45 El Rey les contestará: «Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por Mí lo hicieron».
4. Ejemplos de compasión
Éxodo 2:5,6
[Dios puso en la hija del faraón el deseo de adoptar a Moisés como hijo suyo:] La hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: «De los niños de los hebreos es este». (V. también los versículos 7–10.)
2 Crónicas 28:15
[Después de derrotar al ejército de Acaz, malvado rey de Judá, los israelitas se compungieron al escuchar las palabras del profeta del Señor y tuvieron compasión de los que habían tomado cautivos:] Se levantaron los varones nombrados, y tomaron a los cautivos, y del despojo vistieron a los que de ellos estaban desnudos; los vistieron, los calzaron, y les dieron de comer y de beber, los ungieron, y condujeron en asnos a todos los débiles, y los llevaron hasta Jericó, ciudad de las palmeras, cerca de sus hermanos; y ellos volvieron a Samaria.
2 Reyes 5:1–14
[Una joven sirvienta se compadeció de Naamán, general del ejército sirio aquejado de lepra, y lo animó a ir a Samaria y buscar al profeta Eliseo para que lo sanara.]
5. Dios se apiada de nosotros; es compasivo y conoce nuestras limitaciones y necesidades
Salmo 103:13,14
El Señor es, con los que lo honran, tan tierno como un padre con sus hijos; 14 pues Él sabe de qué estamos hechos: sabe bien que somos polvo.
Salmo 139:1–4
Señor, Tú me has examinado y me conoces; 2 Tú conoces todas mis acciones; aun de lejos te das cuenta de lo que pienso. 3 Sabes todas mis andanzas, ¡sabes todo lo que hago! 4 Aún no tengo la palabra en la lengua, y Tú, Señor, ya la conoces.
Isaías 49:15,16
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, Yo nunca me olvidaré de ti! 16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de Mí están siempre tus muros.
Isaías 63:9
En todas sus angustias Él estuvo afligido, y el ángel de Su presencia los salvó. En Su amor y en Su compasión los redimió, los levantó y los sostuvo todos los días de antaño.
Mateo 6:32
El Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.
Hebreos 4:15
No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
6. El Señor incluso se compadece de los malvados y descarriados que acuden a Él
Salmo 107:17–20,43
Enfermos y afligidos por sus propias maldades y pecados, 18 no soportaban ningún alimento; ¡ya estaban a las puertas de la muerte! 19 Pero en su angustia clamaron al Señor, y Él los salvó de la aflicción; 20 envió Su palabra, y los sanó; ¡los libró del sepulcro! 43 El que es inteligente, debe tener esto en cuenta y comprender el amor del Señor.
Jeremías 31:20
[Dios se mostró misericordioso con la tribu de Efraín, que se había apartado del Señor y estaba cautiva en Babilonia:] «¿No es Efraín Mi hijo amado? ¿No es un niño encantador? Pues siempre que hablo contra él, lo recuerdo aún más. Por eso Mis entrañas se conmueven por él, ciertamente tendré de él misericordia», declara el Señor.
Mateo 18:11–13
El Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido. 12 ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? 13 Y si sucede que la halla, en verdad les digo que se regocija más por esta que por las noventa y nueve que no se han descarriado.
Mateo 23:37
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!
Lucas 15:20
[El hijo pródigo] se levantó y fue a su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó. (V. también los versículos 11–32.)
Lucas 19:41,42
Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, 42 diciendo: «¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos».
7. Con Su ejemplo de amor, Jesús nos enseña a identificarnos con los demás
Isaías 53:4
Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios!
Mateo 9:36
Al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Mateo 8:16,17
Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con Su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo; «Él tomó nuestras flaquezas y llevó nuestras enfermedades».
Mateo 14:14
Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban.
Marcos 1:41
[Jesús sana a un leproso:] Jesús tuvo compasión de él; lo tocó con la mano y dijo: «Quiero. ¡Queda limpio!»
Marcos 8:2
Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer.
Juan 11:33–35
[Marta y María rogaron a Jesús que resucitara a su hermano Lázaro.] Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habían llegado con ella, se conmovió profundamente y se estremeció, 34 y les preguntó: «¿Dónde lo sepultaron?» Le dijeron: «Ven a verlo, Señor». 35 Y Jesús lloró. [Luego Jesús rezó, y Lázaro, que llevaba cuatro días muerto, resucitó milagrosamente.]
2 Corintios 8:9
Conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a ustedes se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.
Publicado en Tour temático de la Biblia: Una vida más feliz
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