Blog
Versículos bíblicos sobre la relación del cristiano con la sociedad
- 26 junio, 2017
- Publicado por: Alberto Conti
- Categoría: Estudios Biblicos
1. Los cristianos no pertenecemos a este mundo
Juan 17:16
Yo [Jesús] no soy de este mundo, y tampoco ellos [Mis discípulos] lo son.
A. Somos ciudadanos del Cielo:
Hebreos 11:14–16
Claramente dan a entender que buscan una patria, 15 pues si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.
Hebreos 13:14
No tenemos aquí ciudad permanente, […] buscamos la por venir.
Juan 14:2,3
En la casa de Mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. 3 Después de esto, volveré para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos.
(V. también Juan 18:36.)
B. Somos transeúntes en este mundo, peregrinos que están de paso:
Hebreos 11:13
Sabían que en este mundo ellos eran como extranjeros que estaban de paso.
Salmo 39:12
Yo soy para Ti un extranjero, un ave de paso, como mis antepasados.
Salmo 119:19
Yo soy extranjero en esta tierra.
Levítico 25:23
La tierra es Mía [dice Dios], y ustedes solo están de paso por ella como huéspedes Míos.
1 Crónicas 29:15
Ante Ti somos como extranjeros que están de paso, igual que lo fueron todos nuestros antepasados, y nuestra vida sobre la tierra es como una sombra.
1 Pedro 1:17
Condúzcanse con temor [de Dios] durante el tiempo de su peregrinación [en este mundo].
(V. también Salmo 39:4,5.)
C. Cuidado con considerar este mundo un hogar permanente:
Salmo 49:11,12
Aunque dieron su nombre a sus tierras, el sepulcro será su hogar eterno; ¡allí se quedarán para siempre! 12 El hombre no es eterno, por muy rico que sea.
2. A pesar de que vivimos en este mundo, no debemos ser parte de él
A. Los cristianos no formamos parte del mundo:
Juan 17:14,15
Yo [Jesús] les he dado Tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Romanos 12:2
No se adapten a este mundo.
Efesios 2:1,2
Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados 2 en que vivían, pues seguían los criterios de este mundo.
Gálatas 6:14
De nada quiero gloriarme sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues por medio de la cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo.
Filipenses 2:15
Que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo.
1 Juan 4:4–6
Ustedes son de Dios y han vencido [ …], porque mayor es Aquel que está en ustedes que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. 6 Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye.
1 Juan 5:19
Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
(V. también 1 Pedro 2:9.)
B. No debemos ser cómplices de quienes se conducen mal:
Proverbios 1:15
Hijo mío, no andes en camino con ellos; aparta tu pie de sus veredas.
Proverbios 24:1
No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos.
Isaías 52:11
¡Salgan, salgan ya de Babilonia, no toquen nada impuro, salgan ya de Babilonia! ¡Consérvense limpios!
1 Corintios 10:20,21
Cuando los paganos ofrecen algo en sacrificio, se lo ofrecen a los demonios, y no a Dios, y yo no quiero que ustedes tengan nada en común con los demonios. 21 No pueden beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa de los demonios; ni pueden participar de la mesa del Señor y, a la vez, de la mesa de los demonios.
2 Corintios 6:14,15
No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial [Satanás]? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo?
2 Corintios 6:17
Dice el Señor: «Salgan de en medio de ellos, y apártense; no toquen nada impuro. Entonces Yo los recibiré».
Efesios 5:11
No participen en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascárenlas.
Apocalipsis 18:4
Oí otra voz del cielo, que decía: «Ustedes son mi pueblo. Salgan de Babilonia, y no pequen como ella, para que no caigan sobre ustedes las terribles plagas que le vendrán».
(V. también Salmo 1:1; Proverbios 4:14–17; 13:20.)
C. Tampoco debemos aislarnos del mundo; tenemos que dar testimonio:
Juan 17:15
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Juan 17:18
Como Tú me enviaste al mundo, Yo también los he enviado al mundo [a testificar].
Marcos 16:15
Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
D. Se desaconsejan los matrimonios con personas incrédulas y mundanas:
Deuteronomio 7:3,4
No emparentarás con ellos: no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. 4 Porque desviará a tu hijo de en pos de Mí.
Josué 23:12,13
Si […] se unen al resto de estos pueblos que permanecen entre ustedes, y contraen matrimonio con ellos, y se juntan con ellos, y ellos con ustedes, 13 ciertamente sepan que el Señor su Dios no continuará expulsando a estas naciones de delante de ustedes, sino que serán como lazo y trampa para ustedes, como azote en sus costados y como espinas en sus ojos.
1 Reyes 11:1–8
El rey Salomón, además de la hija de Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras, moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, 2 de las naciones acerca de las cuales el Señor había dicho a los israelitas: «No se unirán a ellas, ni ellas se unirán a ustedes, porque ciertamente desviarán su corazón tras sus dioses». Pero Salomón se apegó a ellas con amor. 3 Y tuvo 700 mujeres que eran princesas y 300 concubinas, y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Porque cuando Salomón ya era viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no estuvo dedicado por completo al Señor su Dios, como había estado el corazón de David su padre. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 Salomón hizo lo malo a los ojos del Señor, y no siguió plenamente al Señor, como lo había seguido su padre David. 7 Entonces Salomón edificó un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los amonitas. 8 Así hizo también para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
Nehemías 13:26
¡Este fue el pecado de Salomón, rey de Israel! Y a pesar de que entre las muchas naciones no hubo un rey como él, y de que Dios lo amó y lo puso como rey de todo Israel, las mujeres extranjeras lo hicieron pecar.
1 Corintios 7:39
La mujer casada está ligada a su esposo mientras este vive; pero si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, con tal de que sea un creyente.
1 Corintios 7:12–16
[Si estás casado con un incrédulo, ten fe; puedes ganarlo mediante tu comportamiento.]
(V. también Génesis 26:34,35; 27:46; Esdras 9:1,2; Malaquías 2:11,12.)
3. Postura que debemos asumir ante los valores de este mundo
A. Advertencia de no amar el mundo presente:
Santiago 4:4
La amistad del mundo es enemistad con Dios.
1 Juan 2:15,16
No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
B. Actitud del peregrino frente al mundo:
1 Pedro 2:11
Les ruego como a extranjeros y peregrinos, que se abstengan de las pasiones carnales [mundanas] que combaten contra el alma.
Tito 2:12,13
Esa bondad de Dios nos enseña a renunciar a la maldad y a los deseos mundanos, y a llevar en el tiempo presente una vida de buen juicio, rectitud y piedad, 13 mientras llega el feliz cumplimiento de nuestra esperanza: el regreso glorioso de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Hebreos 11:24–27
Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado. 26 Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.
Santiago 1:27
La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo.
2 Pedro 3:11,14
Puesto que todo va a ser destruido de esa manera, ¡con cuánta santidad y devoción deben vivir ustedes! 14 Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estas cosas, hagan todo lo posible para que Dios los encuentre en paz, sin mancha ni culpa.
C. No debemos dejarnos influir por las corrientes de opinión, las modas y los medios de difusión:
Éxodo 23:2
No seguirás a los muchos para hacer mal.
Romanos 12:2
No vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar.
Colosenses 2:8
Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo.
D. Advertencia contra participar en distracciones mundanas sin aplicar ningún criterio:
Salmo 101:3
No pondré delante de mis ojos cosa injusta.
Salmo 119:37
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad.
Isaías 33:15,16
El que camina en justicia y habla lo recto, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir soborno, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosa mala, 16 este habitará en las alturas.
2 Reyes 17:15
Siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les había ordenado que no hicieran como ellas.
E. El efecto nocivo que tiene este mundo en los creyentes:
2 Pedro 2:7,8
Libró a Lot, un hombre justo a quien afligía [atormentaba] la vida viciosa de aquellos malvados [los habitantes de Sodoma]. 8 Este hombre justo que vivía entre ellos, sufría en su buen corazón a causa de las maldades que día tras día tenía que ver y oír.
2 Pedro 3:17
Cuídense, para que no sean arrastrados por los engaños de los malvados ni caigan de su firme posición.
F. La presión e influencia de los compañeros:
1 Reyes 12:3–16
[El rey Roboam siguió neciamente el consejo de los jóvenes que se habían criado con él en vez de las recomendaciones de los sabios consejeros de su difunto padre.]
G. No aceptes ni toleres actitudes o conductas que son contrarias a los principios divinos:
Éxodo 23:32
No harás alianza con ellos, ni con sus dioses.
1 Timoteo 5:22
No […] participes en pecados ajenos. Consérvate puro.
H. Evita las fiestas o actividades licenciosas:
Romanos 13:13,14
Actuemos con decencia, como en pleno día. No andemos en banquetes y borracheras, ni en inmoralidades y vicios, ni en discordias y envidias. 14 Al contrario, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no busquen satisfacer los malos deseos de la naturaleza humana.
1 Pedro 4:3,4
[No debemos participar en borracheras y orgías.]
(V. también Efesios 2:2,3; Tito 2:12.)
I. Pero tampoco te vayas al otro extremo:
Mateo 9:9–13
Cuando Jesús salió de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado cobrando impuestos para el gobierno de Roma. Entonces Jesús le dijo: «Sígueme». Mateo se levantó y lo siguió. 10 Ese mismo día, Jesús y Sus discípulos fueron a comer a casa de Mateo. Allí también estaban comiendo otros cobradores de impuestos y gente de mala fama. 11 Cuando algunos fariseos vieron a toda esa gente, les preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con pecadores?» 12Jesús oyó lo que decían los fariseos y les dijo: «Los que necesitan del médico son los enfermos, no los que están sanos. 13 Mejor vayan y traten de averiguar lo que Dios quiso decir con estas palabras: “Prefiero que sean compasivos con la gente, y no que me traigan ofrendas”. Yo vine a invitar a los pecadores para que sean Mis discípulos, no a los que se creen buenos».
1 Corintios 10:27
[Se pueden aceptar invitaciones a banquetes y fiestas.]
4. De ser posible, vivamos en paz con los demás para poder ganarlos al Señor
A. Es preferible estar en paz con los demás:
Romanos 12:18
Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos.
Proverbios 16:7
Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él.
Jeremías 29:7
Busquen el bienestar de la ciudad adonde los he desterrado, y rueguen al Señor por ella; porque en su bienestar tendrán bienestar.
Mateo 5:25
Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado en la cárcel.
Colosenses 4:5
Anden sabiamente para con los de afuera.
1 Timoteo 2:1,2
Recomiendo orar por todo el mundo, dando gracias a Dios por todos y pidiéndole que les muestre Su bondad y los ayude. 2Recomiendo que se ore por los gobernantes y por todas las autoridades, para que podamos vivir en paz y tranquilos, obedeciendo a Dios y llevándonos bien con los demás.
B. Tratemos de comprender la forma de pensar de las personas para llevarlas a Cristo:
1 Corintios 9:19–22
Siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número. 20 Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la Ley (aunque yo no esté sujeto a la Ley) como sujeto a la Ley, para ganar a los que están sujetos a la Ley; 21 a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (aunque yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. 22 Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
1 Corintios 10:32,33
No den mal ejemplo a nadie; ni a los judíos, ni a los no judíos, ni a los que pertenecen a la iglesia de Dios. 33 Procuro agradar a todos en todo, sin buscar mi propio bien sino el de los demás, para que alcancen la salvación.
C. Ayuda a los demás a entenderte hablándoles de tu pasado, experiencia y formación y buscando puntos en común:
Hechos 22:3
Yo soy judío. Nací en la ciudad de Tarso, en la provincia de Cilicia, pero crecí aquí en Jerusalén. Cuando estudié, mi maestro fue Gamaliel, y me enseñó a obedecer la ley de nuestros antepasados. Siempre he tratado de obedecer a Dios con mucho entusiasmo, así como lo hacen ustedes.
Hechos 21:39
Yo soy judío y nací en Tarso, una ciudad muy importante de la provincia de Cilicia.
(V. también Hechos 16:36–38; 22:25–28.)
5. Advertencia contra transigir para gozar de la aprobación del mundo
Gálatas 1:10
Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo. Ni ando buscando quedar bien con nadie. Si así lo hiciera, ya no sería yo un servidor de Cristo. ¡Para mí, lo importante es que Dios me apruebe!
A. Cuidado con querer complacer a la gente hasta el punto de claudicar de tus principios:
Lucas 6:26
¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes!
Juan 12:42,43
Muchos judíos y algunos de sus líderes creyeron en Jesús, pero no se lo decían a nadie porque tenían miedo de que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Ellos preferían quedar bien con la gente y no con Dios.
B. Debemos defender nuestra fe, sin avergonzarnos de ella:
Marcos 8:38
Cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de Su Padre con los santos ángeles.
Romanos 1:16
No me avergüenzo del evangelio.
2 Timoteo 1:8
No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor.
1 Pedro 4:16
Si alguno padece como cristiano, no se avergüence.
C. Como no somos de este mundo, el mundo nos odia:
Lucas 6:22
Bienaventurados son ustedes cuando los hombres los aborrecen, cuando los apartan de sí, los colman de insultos y desechan su nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
Juan 15:18,19
Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a Mí me odió primero. 19 Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero Yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo.
1 Pedro 4:4
Como ustedes ya no los acompañan en los excesos de su mala vida, ellos se extrañan y hablan mal de ustedes.
6. La importancia de dar ejemplo de sinceridad y honradez
A. Seguir una buena conducta:
Mateo 5:16
Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
Romanos 13:3
Hagan lo que es bueno, y los gobernantes hablarán bien de ustedes.
1 Tesalonicenses 5:22
Absténganse de toda forma de mal.
1 Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
1 Pedro 2:13,14
Sométanse, por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey como autoridad, 14 o a los gobernadores como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien.
1 Pedro 2:15
Haciendo bien, ustedes hagan enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos.
Lucas 6:27
Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian.
Romanos 12:17
Procuren hacer lo bueno delante de todos.
B. Se nos manda proceder con rectitud y honradez:
2 Corintios 8:21
Procurando hacer las cosas honradamente, no solo delante del Señor sino también delante de los hombres.
1 Tesalonicenses 4:12
Que se conduzcan honradamente para con los de afuera.
Tito 2:10
Que no roben, sino que sean completamente honrados.
(V. también Romanos 13:13; Hebreos 13:18.)
C. No seamos un oprobio para la causa de Cristo:
2 Corintios 6:3
En nada damos mal ejemplo a nadie, para que nuestro trabajo no caiga en descrédito.
1 Timoteo 5:14
Que ninguna ocasión den al adversario para maldecir.
(V. también Romanos 2:23,24; 1 Timoteo 6:1; Tito 2:5.)
D. Seamos irreprochables e inocentes:
Mateo 10:16
Yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas.
Filipenses 2:15
Sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa.
Tito 1:6
Un anciano debe llevar una vida irreprochable. Debe ser esposo de una sola mujer, y sus hijos deben ser creyentes y no estar acusados de mala conducta o de ser rebeldes.
1 Pedro 2:12
Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable.
E. No permitas que tus libertades hagan tropezar a los demás:
Romanos 14:13–21
No debemos criticarnos unos a otros. Al contrario, propónganse ustedes no hacer nada que sea causa de que su hermano tropiece, o que ponga en peligro su fe. 14 Yo sé que no hay nada impuro en sí mismo; como creyente en el Señor Jesús, estoy seguro de ello. Pero si alguno piensa que una cosa es impura, será impura para él. 15 Ahora bien, si por lo que tú comes tu hermano se siente ofendido, tu conducta ya no es de amor. ¡Que tu comida no sea causa de que se pierda aquel por quien Cristo murió! 16 No den, pues, lugar a que se hable mal de ese bien que ustedes tienen. 17 Porque el reino de Dios no es cuestión de comer o beber determinadas cosas, sino de vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo. 18 El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres. 19 Por lo tanto, busquemos todo lo que conduce a la paz y a la edificación mutua. 20No eches a perder la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todos los alimentos son limpios; lo malo es comer algo que haga perder la fe a otros. 21 Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada que sea causa de que tu hermano tropiece.
1 Corintios 6:12
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen.
1 Corintios 8:8–13
La comida no nos recomendará a Dios, pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos. 9 Pero tengan cuidado, no sea que esta libertad de ustedes de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil. 10 Porque si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolos? 11 Por tu conocimiento se perderá el que es débil, el hermano por quien Cristo murió. 12 Y así, al pecar contra los hermanos y herir su conciencia cuando esta es débil, pecan contra Cristo. 13 Por tanto, si la comida hace que mi hermano caiga en pecado, no comeré carne jamás, para no hacer pecar a mi hermano.
1 Pedro 2:16
Pórtense como personas libres, aunque sin usar su libertad como un pretexto para hacer lo malo. Pórtense más bien como siervos de Dios.
7. Relación de los cristianos con el gobierno
A. Debemos procurar ser buenos ciudadanos y obedecer al Gobierno:
Romanos 13:1
Todos deben someterse a las personas que ejercen la autoridad. Porque no hay autoridad que no venga de Dios, y las que existen, fueron puestas por Él.
Tito 3:1
Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.
1 Pedro 2:17
Honren a todos, amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey.
B. La mayoría de los gobiernos y de las leyes existen para nuestro bienestar y protección:
Hechos 21:30–35
[Soldados romanos rescatan a Pablo de una muchedumbre hostil.]
Hechos 23:10
[Los romanos impiden que los judíos despedacen a Pablo.]
Hechos 25:15,16
[El gobernador Festo contó:] Cuando fui a Jerusalén, los principales sacerdotes y los líderes judíos […] acusaron formalmente [a Pablo]. Ellos querían que yo ordenara matarlo. 16 Pero les dije que nosotros, los romanos, no acostumbramos ordenar la muerte de nadie sin que esa persona tenga la oportunidad de ver a sus acusadores y defenderse.
C. Debemos orar por los gobiernos y las autoridades:
Eclesiastés 10:20
Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey.
1 Timoteo 2:1,2
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad. 2 Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad.
D. Debemos cumplir con nuestras obligaciones a nivel nacional y local:
Mateo 22:21
Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Romanos 13:7
Páguenle a cada uno lo que deban pagarle, ya sea que se trate de impuestos, contribuciones, respeto o estimación.
E. No obstante, debemos obedecer a Dios ante todo:
Hechos 4:19,20
[No estamos obligados a obedecer leyes humanas que nos hagan desobedecer a Dios o que nos prohíban dar testimonio de Él.]
Hechos 5:29
Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
8. Dios rige los gobiernos de los hombres
Proverbios 8:15,16
Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia. 16 Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.
Daniel 4:32,35
El Dios altísimo tiene poder sobre todas las naciones de la tierra, y […] es Él quien pone como gobernante a quien Él quiere. 35Ante Él nada son los habitantes de la tierra. Él actúa según Su voluntad, tanto en el cielo como en la tierra. No hay nadie que pueda oponerse a Su poder ni preguntarle por qué actúa como actúa.
Juan 19:10,11
Pilato […] le dijo: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte?» 11Jesús respondió: «Ninguna autoridad tendrías sobre Mí si no se te hubiera dado de arriba».
9. Empleos y profesiones seculares
A. A los cristianos se les ordena que trabajen honradamente:
1 Tesalonicenses 4:11,12
Traten de vivir tranquilos, ocúpense de sus propios asuntos y trabajen, como ya les ordenamos antes. 12 De ese modo se ganarán el respeto de la gente que no confía en Dios, y no tendrán que pedirle nada a nadie.
2 Tesalonicenses 3:10–12
Cuando estábamos con ustedes les decíamos que quien no quiera trabajar tampoco tiene derecho a comer. 11 Pero nos hemos enterado de que hay entre ustedes algunos que no quieren trabajar, y que se la pasan metiéndose en asuntos ajenos. 12 A esas personas les llamamos la atención y, con la autoridad que el Señor Jesucristo nos da, les ordenamos que trabajen para ganarse la vida, y que dejen de molestar a los demás.
Tito 3:14
Aprendan […] los nuestros a ocuparse en buenas obras [oficios honrados] para los casos de necesidad.
B. No se debe trabajar para acumular riquezas:
Lucas 12:15
Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas.
Hechos 20:35
Se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad, recordando aquellas palabras del Señor Jesús: «Hay más dicha en dar que en recibir».
Efesios 4:28
El que robaba, no robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
1 Corintios 7:31
Los que están usando de este mundo deben vivir como si no estuvieran sacando provecho de él, porque este mundo que vemos ha de terminar.
1 Timoteo 6:8
Debemos estar contentos si tenemos comida y ropa.
C. El destino de los que codician riquezas:
Salmo 49:16–20
[El destino de los que aspiran a las riquezas de este mundo.]
Marcos 10:24,25
¡Cuán difícil les es entrar en el reino de Dios a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
1 Timoteo 6:9,10
Los que solo piensan en ser ricos caen en las trampas de Satanás. Son tentados a hacer cosas tontas y perjudiciales, que terminan por destruirlos totalmente. 10 Porque todos los males comienzan cuando solo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios, y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos.
Santiago 1:10,11
Si alguno es rico, debe sentirse feliz cuando Dios lo humille, pues las riquezas son como las flores del campo: duran muy poco. 11Cuando el sol calienta mucho, las plantas se secan, y sus flores se marchitan y pierden su belleza. Lo mismo le pasa al rico: ni él ni sus riquezas durarán.
Job 31:24,25,28
Jamás el oro ha sido para mí la base de mi confianza y seguridad. 25 Jamás mi dicha ha consistido en tener grandes riquezas o en ganar mucho dinero. 28 Esto habría sido digno de castigo; ¡habría sido negar al Dios del cielo!
Lucas 12:19–21
[Un hombre muy rico pensó:] «Me diré: “¡Ya tienes suficiente para vivir muchos años! ¡Come, bebe, diviértete y disfruta de la vida lo más que puedas!”» 20 Pero Dios le dijo: «¡Qué tonto eres! Esta misma noche vas a morir, y otros disfrutarán de todo esto que has guardado». 21 Así les pasa a todos los que amontonan riquezas para sí mismos. Creen que son ricos, pero ante Dios en realidad son pobres.
(V. también Santiago 5:1–4.)
D. Actitudes erróneas:
Hageo 1:6,9
«Siembran mucho, pero recogen poco; comen, pero no hay suficiente para que se sacien; beben, pero no hay suficiente para que se embriaguen; se visten, pero nadie se calienta; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota. 9 Esperan mucho, pero hay poco; y lo que traen a casa, Yo lo aviento. ¿Por qué? —declara el Señor de los ejércitos—. Por causa de Mi casa que está desolada, mientras cada uno de ustedes corre a su casa [y descuida la obra del Señor]».
Apocalipsis 3:15–18
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca. 17 Tú dices: «Yo soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad». Pero no sabes que eres desventurado, miserable, pobre, ciego y estás desnudo. 18 Por tanto, Yo te aconsejo que compres de Mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas.
10. La labor de los pastores, cristianos y misioneros que trabajan exclusivamente para el Señor
A. La remuneración que merecen los pastores y maestros:
1 Timoteo 5:17,18
Los ancianos que gobiernan bien la iglesia deben ser doblemente apreciados, especialmente los que se dedican a predicar y enseñar. 18 Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey que trilla». Y también: «El trabajador tiene derecho a su paga».
1 Corintios 9:6–9
¿Solo yo y Bernabé no tenemos derecho a no trabajar? 7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 8 ¿Digo esto solo como hombre? ¿No dice esto también la Ley? 9 En la ley de Moisés está escrito: «No pondrás bozal al buey que trilla».
B. La labor de los misioneros es predicar el evangelio; son segadores de la cosecha de Dios y por tanto dignos de su salario:
Juan 4:35
Alcen sus ojos y vean los campos, porque ya están blancos para la siega.
Mateo 9:37,38
Ciertamente la cosecha [de almas] es mucha, pero los trabajadores son pocos. 38 Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla.
Juan 4:36
El que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna.
1 Corintios 9:13,14
Ustedes saben que los que trabajan en el templo viven de lo que hay en el templo. Es decir, que los que trabajan en el altar del templo, comen de los animales que allí se sacrifican como ofrenda a Dios. 14 De la misma manera, el Señor mandó que los que anuncian la buena noticia vivan de ese mismo trabajo.
1 Corintios 9:10
Tanto los que preparan el terreno como los que desgranan el trigo lo hacen con la esperanza de recibir parte de la cosecha.
C. Cristianos que tienen un oficio secular y mantienen a los que trabajan para el Señor:
Romanos 15:27
Lo decidieron voluntariamente, aunque, en realidad, estaban en la obligación de hacerlo, porque así como los creyentes judíos compartieron sus bienes espirituales con los no judíos, estos, a su vez, deben ayudar con sus bienes materiales a los creyentes judíos.
1 Corintios 9:11
Si en ustedes sembramos lo espiritual, ¿será demasiado que de ustedes cosechemos lo material?
Gálatas 6:6
El que recibe instrucción en el mensaje del evangelio, debe compartir con su maestro toda clase de bienes [materiales].
Lucas 8:3
Juana, mujer de Chuza, intendente de Herodes, Susana y otras muchas […] ayudaban [a Jesús] con sus bienes.
Lucas 10:7
Permanezcan […] en esa casa, comiendo y bebiendo lo que les den; porque el obrero es digno de su salario. (V. también Mateo 10:10.)
(V. 1 Tesalonicenses 2:9; 2 Corintios 11:8.)
D. Los que trabajan para Dios pueden tener también un oficio secular:
Hechos 18:1–3
Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. 2 Allí se encontró con un judío llamado Áquila, que era de la región del Ponto. Poco antes, Áquila y su esposa Priscila habían llegado de Italia, de donde tuvieron que salir porque el emperador Claudio había ordenado que todos los judíos salieran de Roma. Pablo fue a visitarlos 3 y, como tenía el mismo oficio que ellos, que era hacer tiendas de campaña, se quedó con ellos para trabajar juntos.
(V. también Hechos 20:34,35; 1 Corintios 4:12.)
Publicado en Tour temático de la Biblia: Vida cristiana
© Aurora Production AG, Suiza, 2012